Porque todo pasa

Porque todo pasa, todo se olvida, después de un boom informativo, del bombardeo de noticias…después todo cae en el olvido.

Hace un tiempo todos éramos de Haití, después parece que olvidamos que ese lugar existía y que la gente  trataba de “recomponer” sus vidas. Haití para muchos quedó en un vago recuerdo, presente por una conocida canción que sonaba en la radio…y cuándo ahora vemos en la televisión o leemos en los periódicos las muertes que se han producido allí en los distrurbios de estos días por la sospecha de fraude electoral decimos...ahh...sí, Haití...

Ahora poco importa ya si Camps sigue vistiendo de traje, de hecho, quizá esté así más elegante para a acudir a una supuesta boda, anunciada a bombo y platillo por muchos medios tras el Mundial, entre Iker Casillas y Sara Carbonero, porque la gente así lo decidió: si hay beso, inmediatamente hay boda, somos así de modernos.

Tampoco nos preocupa ya si las hijas de Zapatero visten más al estilo de Marilyn Manson que al del grupo Siempre Así y, hace un tiempo, su forma de vestir se convirtió en un asunto de Estado. Qué importa ya la trama del espionaje y las salidas de tono de Esperanza Aguirre si podemos hablar de las discusiones de la princesa del pueblo, Belén Esteban, con su marido en la parada del autobús, porque, claro está, este tema es algo sin lo que el español medio de a pie no puede vivir sin saber.

Unas noticias dejan paso a otras, es la lógica de la actualidad informativa, otra cosa es que esa lógica responda realmente a la necesidad de información de la gente.